BREVE HISTORIA DE LOS GRIMORIOS
Son libros que contienen métodos para hacer magia, y que contienen las diferentes herramientas de los magos o de los que aspiran a serlo, provenientes de un saber arcano y oculto capaz de doblegar la naturaleza y sus leyes en beneficio propio. Los grimorios también se documentan históricamente y se cuentan por centenares, En las últimas décadas, el estudio de la magia desde un punto de vista histórico ha experimentado un auge sin precedentes sobre el conocimiento y la reformulación de los saberes de la antigüedad.
Se considera que el término grimorio deriva del francés grammaire, y este del latín grammaria, un vocablo genérico que, en origen, significaba «texto en latín». Probablemente, a partir del medievo derivó hacia una acepción de tono hechicero y mágico. El latín constituía una lengua culta. Su estudio y dominio probaba la capacidad intelectual del estudioso al tiempo que reconocimiento la valía intrínseca de un texto asociado a los saberes del pasado.
El grimorio mágico recoge todas esas nociones de tradición y poder ligado al pasado: es la materialización de una sabiduría procedente de un tiempo remoto, un texto oscuro que fuerza al iniciado a estudiarlo y que lo posiciona, como también lo hiciese el latín entre la gente instruida, por encima de sus conciudadanos.
Las palabras que se ponían por escrito, los dibujos y diseños de sigilos y letras, así como los materiales que se utilizaban en la fabricación del grimorio, poseían poder, desde la perspectiva de quien lo escribe o lo atesora, el grimorio no solo encierra conocimiento sobre magia, sino que también funciona como un objeto mágico en sí mismo. Los libros de hechicerías medievales y modernos contenían procedimientos muy diversos. Algunos, como el Ars notoria, buscaban la elevación espiritual del practicante. Muchos otros, sin embargo, describían cómo fabricar amuletos de protección, curar enfermedades o proteger las cosechas del granizo, pero también obtener favores sexuales, encontrar tesoros o evocar demonios.
Los grimorios despliegan una amalgama de tradiciones y lenguas en su redacción. El hebreo, el griego y el latín se funden con las lenguas vernáculas, y se superponen las referencias bíblicas, egipcias, islámicas y cristianas. En los manuscritos de magia, el conocimiento arcano suele atribuirse a personajes como Hermes Trimegisto, Toz Graecus y Simón el Mago, a papas y santos como Silvestre II y San Cipriano, o a figuras como Enoc, Salomón o Moisés, que se presentan en los textos como receptores de sabiduría de manos de los ángeles o del propio Dios.
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